«La flamenca actual: perdiendo el miedo, atreviéndose con todo». Lunarit0s.

Actualmente la moda prêt-à-porter y la alta costura cuentan con desfiles y exposiciones prácticamente a diario y el cliente y la cultura consumista parecen adaptarse a las nuevas tendencias fluidamente. En un mundo donde la moda y, más concretamente, las tendencias se forjan a golpe de redes sociales, parece que no hay tiempo de transición de un estilo a otro, o que todos se mezclan entre sí, ya que la industria de la moda no deja nunca de evolucionar.

 

No obstante, en moda flamenca, vemos nuevas tendencias una vez al año y ésta transición parece algo más complicada de adaptar después en la calle. “¿Pero quién se va a poner eso?” Es una pregunta que se escucha muchas veces entre el público que se acerca por primera vez a la verdadera moda flamenca. El problema es saber distinguir qué es un desfile, donde se muestran las tendencias en un espectáculo pensado para conseguir una foto, una portada o un impacto y saber trasladarlas luego a la vida real, sin focos, sin modelos y donde todo adquiere un tinte más cabal y práctico, cuyo destinatario final será el conocido mass market.

Podríamos enumerar una lista interminable de tendencias que llevamos años sin contemplar en pasarela y que aún hoy seguimos viendo en la feria, pero nos centraremos mejor en las tendencias que si vemos en pasarela y que (parece) tardan algo más en solidificarse, quizás por la renovación anual de tendencias flamencas frente a la renovación prácticamente trimestral de la moda prêt-à-porter.

 Pero si que hay, a grosso modo, dos tendencias que llevamos cuatro años viendo reiteradamente en los diferentes desfiles que colman la geografía andaluza: volumen y el poder diferenciarse del resto.

A partir de aquí la amplia variedad que esto supone es infinita. Confundir volumen con incomodidad es una creencia bastante extendida, pues todo el mundo sobreentiende que a mayor número de metros de tela, mayor peso e incomodidad soportaremos, pero no se piensa en la gran variedad de tejidos que se pueden emplear para un traje de flamenca y, además, ¿quién dice que el volumen debe ser siempre en las faldas? ¿Qué hay de los escotes, mangas o de los volantes que recorren el cuerpo del vestido? Así mismo, debemos tener en cuenta que siempre se puede añadir o quitar volumen a medida que las tendencias y estilos cambien, dejándonos con un modelo atemporal que se puede personalizar al ritmo de la moda y sus distintas variaciones.

Hacer que tu vestido sea exclusivo: puede que sea la única tendencia que prevalece a lo largo de los años. Sabemos que hace ocho años los vestidos canasteros fueron el gran hito en la pasarela, pero va siendo hora de asumir que hace ya más de tres años que no vemos una colección íntegra de ellos. Tu vestido puede ser único a través de diferentes elementos. Si todo el mundo lleva ramilletes de flores, marca la diferencia llevando flores naturales; si todo el mundo lleva faldas canasteras, luce un vestido de vuelo infinito; si todo el mundo ciñe los talles, sube el tuyo hasta la cadera; si todo el mundo lleva flecos en el escote, colócalos en las mangas; si todo el mundo quiere cuello a la caja y mangas al puño, mezcla tejidos, estampados, lunares, aplicaciones en 3D o haz de tu escote y tus mangas figuras arquitectónicas nunca vistas.

Porque ésa, señoras y señores, es la magia de la moda y es también la magia de la moda flamenca: ser únicos y exclusivos, llamar la atención frente al resto y que vuelvan la mirada para observar y deleitarse con tu vestido. Para pasar desapercibidos, ya tenemos el resto el año.